EL DOCENTE COMO LÍDER DEL AULA
Afirmar que el docente es un líder para sus alumnos puede parecer algo tan obvio que no parezca merece especial atención. La cuestión cambia cuando lo que hacemos es definir qué tipo de líder es (o debería de ser).
El maestro es un líder por naturaleza, lo que busca es llegar
a un fin y se vale de diferentes acciones planificadas para el logro de dicho
proceso, ahora bien, hay ciertos aspectos que valdría la pena analizar y
trabajar con los docentes en el campo del liderazgo, entender que cada quien es
líder en su ámbito, comprender las implicaciones que conlleva ser líder y las
posibles problemáticas que puede afrontar, da lugar a acciones coordinadas en
el centro educativo, y con ello promover un cambio en la educación, en donde
todos somos protagonistas.
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Los nuevos
paradigmas y enfoques que impregnan en el proceso educativo, exigen la
existencia de docentes que demuestren habilidades
y destrezas que den respuesta a los nuevos retos que plantea el ámbito
escolar nacional e internacional.
De allí que las habilidades
de mayor significación que debe
poseer un docente como líder en el aula, a saber son: Habilidades
técnica y habilidades humanas.
Las Habilidades técnicas se
refieren al conocimiento y capacidad del docente para utilizar las
herramientas, procedimientos administrativos, métodos y técnicas para la
ejecución de las labores del aula;
y las Habilidades
humanas, se refieren a
la capacidad y sensibilidad que tiene el docente para trabajar
eficazmente con los educandos para entenderlos y motivarlos.
Ningún líder de
cualquier nivel jerárquico, escapa a la necesidad de poseer una importante
habilidad humana. Esta es la parte principal del comportamiento para el
liderazgo.
En la actualidad
podemos apreciar con bastante frecuencia que las aulas de clase son
escenarios de estudiantes con diversidad de comportamientos; los hay de
diferentes clases sociales, capacidades intelectuales,
ritmos de aprendizaje,
estilos de trabajo y
niveles de motivación. Por
eso cuando se piensa en lo esencial sobre lo que deben aprender los
estudiantes, el maestro debe ser líder al momento de ejercer su labor
pedagógica en el aula direccionando hacia una autonomía y potenciando la construcción de
esa cultura escolar
con la que se encuentra.
El docente debe ser un líder observador. En todo momento debe
estar atento a sus alumnos (a sus expresiones faciales, su tono de voz.) para
captar pistas emocionales reveladoras que le permitan saber si lo que está
explicando o haciendo despierta el interés o, por el contrario, despierta
indiferencia e incluso desprecio. El docente debe ser un líder empático capaz
de analizar las actitudes individuales de los alumnos y también las del grupo
clase.
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El docente debe ser un líder motivador, capaz de hacer cada uno de sus alumnos saque lo mejor de sí mismo. Un líder que no imponga, que no detente un poder absoluto, sino que sepa escuchar, que sea flexible, que sepa trabajar en equipo (con sus alumnos y con otros docentes).
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